“Sala de profesores” (Ilker Çatak, Alemania, 2023),

“Sala de profesores” (Ilker Çatak, Alemania, 2023),
Esta película, nominada al Oscar y competidora directa de “nuestra” “La sociedad de la nieve”, tiene muchas virtudes y una de ellas está en un guion que narra en forma de “thriller de lo cotidiano” cómo unos hechos aparentemente irrelevantes (en lo absoluto) son elevados a categoría de drama por todos sus implicados a través de la incompetencia, la candidez y la irresponsabilidad de unos y la sobreactuación, el resentimiento y la inquina de otros.
Una ceremonia bufa que acaba ofreciendo en sacrificio a un inocente: ese que sale solemnemente llevado en alto en el último plano.
He sido profesor de secundaria 35 cursos y, de ellos, 19 los he pasado en una jefatura de estudios. Se me puede considerar -creo- persona experimentada y puedo afirmar que lo que cuenta “Sala de profesores” es perfectamente verosímil y aun se queda corta en el retrato de las tragedias fingidas y, por eso, patéticas que pueden desencadenarse por cualquier insignificancia en un centro educativo y cómo, cuando se provoca un daño real, no aparece nadie para hacerse cargo del destrozo.
Un colegio de primaria o un instituto, donde se mezclan los intereses particulares de padres, alumnos y profesores, por un lado, y de pedagogos, sindicalistas, inspectores y políticos, por otro, son lugares donde todos los días se ven (pero nadie quiere mirar) los ángulos más afilados y hasta los abismos abominables de nuestra sociedad.
Así somos porque así tratamos a nuestros hijos.
Que en esa arena de circo romano todavía queden (aunque no sé por cuánto tiempo) profesores dedicados, alumnos aplicados y padres implicados es un milagro del que los telediarios deberían dar noticia todos los días.

José Preciado