Quincy Jones
Hacer una playlist de una hora acerca de una figura prácticamente inabarcable como Quincy Jones es una tarea imposible, así que he preferido centrarme en los discos que publicó entre el final de los años 50 del pasado siglo y el principio de la década siguiente ¿Por qué? Pues porque en esos años y a través de esos discos, que eran reflejo de lo que estaba haciendo en directo con su big-band, pero también eran una exhibición de su talento como arreglista y productor, Quincy Jones no solo se hizo un nombre en la industria y fue fichado por Sinatra, sino que se convirtió en un referente ineludible de trabajo bien hecho y calidad excepcional. Eso le permitió alcanzar el estatus soñado por todos los artistas en todas las disciplinas: hacer siempre lo que te apetece y te gusta y vivir de ello divinamente.
Quincy fue siempre una persona curiosa, inquieta y extremadamente laboriosa. Abierto siempre a escuchar, a aprender y a dar oportunidades al talento ajeno.
Es muy conocida la anécdota de su encuentro con nuestro Camarón en el festival de Montreaux, Suiza, en 1991, solo un año y meses antes de la muerte del cantaor:
Después de la actuación del de San Fernando junto a Tomatito, Quincy Jones visitó el camerino de José para felicitarlo y pidió al productor Pino Saglocco que tradujera sus palabras:
—Dile que nunca he estado tan cerca de alguien que me haya enseñado así su alma.
Camarón le agradeció con un gesto y una sonrisa su palabras y, cuando Quincy se había ido ya, preguntó
—Pino ¿quién es este negro?
Espero que os guste.
PS: En Netflix podéis en contrar “Quincy”, un documental de 2018 de un par de horas que muestra al artista en primera persona y no está nada mal.