Glam Rock

Glam Rock
Entre las variadas estéticas -y éticas causantes o consecuentes- de los intérpretes de rock, abrumadoramente masculinos, a principios de los años setenta, predominaba de forma absoluta -y no es raro encontrar algo muy parecido todavía hoy- la de artistas como Robert Plant, Ian Gillan, Paul Rodgers, Rod Stewart o Steven Tyler, auténticos machos alfa y dioses del escenario, ungidos de testosterona, elevados a estandartes de una masculinidad -solo nueva en el cascarón- que triunfó durante muchos años y fue venerada por ellas e imitada por ellos a lo largo y ancho de Occidente.
Frente a esa estética hubo, claro, otras muchas, como la del punk que empezaba o la de los afroamericanos, que fue del look funk al look disco, pero entre todas ellas solo hubo una corriente que se enfrentara ética y estéticamente a la del hard rock/rock progresivo y esa corriente fue el glam.
En el glam(our) rock encontramos nombres icónicos como los de David Bowie, Marc Bolan, Gary Glitter, Lou Reed, Alice Cooper, Roxy Music, The New York Dolls, Slade y, por supuesto, Queen; nombres y carreras mucho más convergentes de lo que uno puede imaginar a primera vista y que en los primeros cinco años de la década de 1970 grabaron algunos de los mejores discos de la historia de la música moderna y le dieron la vuelta como a un calcetín a la estética del rock sobre un escenario: trajes ajustados, pelucones, maquillaje casi de circo, boas de plumas, androginia, desafiante afeminamiento, voces atipladas, music hall, opereta, cabaret y un aire de controlada y desafiante decadencia que hacía muecas burlonas a la sobriedad cuartelera del rock más convencional.
El glam duró lo que tiene que durar una corriente estética en el mundo del espectáculo, cuatro o cinco temporadas, y sus figuras corrieron la diversa suerte que va de la deificación (Bowie, Mercury) al olvido (Glitter, Cooper), también como suele/tiene que pasar; y la playlist de hoy os trae alguna de las canciones de sus mejores discos.

José Preciado