«Desconocidos» («All of Us Strangers», RU, 2023)

Probablemente, nunca pudo imaginar Neil Tennant, de los Pet Shop Boys, que un día su canción «Allways on My Mind» iba a tener mejor ubicación y mayor sentido que el que adquiere en la estupenda y y climática escena de la reconciliación entre vivos y muertos filmada por Andrew Haigh para su magnífica, dolorosa, magnética y enigmática «Desconocidos» («All of Us Strangers», RU, 2023).
Y lo mismo vale para Paul Rutherford, de Frankie Goes To Hollywood, con respecto a «The Power of Love», que suena, además, dos veces.
Como ya no es frecuente, hay que decirlo: «Desconocidos» es un clásico instantáneo y, por supuesto, una de esas películas de culto que los aficionados van a diseccionar con delectación en busca de mensajes ocultos y sentidos no advertidos. Y bastante creo que hay de esto último, a pesar de haberla visto -de momento- solo una vez.
Basta haber vivido solo un par de décadas y que se te haya empezado a morir gente para que aparezca un sueño recurrente, ese en el que te encuentras con los que se han marchado -y lo sabes en el sueño-, pero los tratas y te tratan como si la pérdida no hubiese ocurrido. Estás en un limbo dulce, entre la realidad y la ultratumba, donde la muerte no existe y donde puedes resarcirte de la ausencia e incluso arreglar algún asunto pendiente. De eso -supongo- que iba la novela japonesa en que se ha basado Haigh para su película y de eso va «Desconocidos», una película que cumple perfectamente el encargo ya infrecuente de quedarse contigo (o quizá tú dentro de ella) durante varios días.