The Groove Experience

El término ‘groove’ proviene de la expresión casi centenaria del jazz-swing ‘in the groove’ y se refería a la forma en que las orquestas de las salas de baile se aplicaban para conseguir sacar al público a la pista y, claro, hacerlos sudar, tener sed y pedir bebida, que aquí pocas cosas se hacen por puro amor a la humanidad.
Pasado casi medio siglo, el término reaparece en los años 60 y 70 vinculado a bandas de soul-jazz, de funk, de fusión de ritmos negro-norteamericanos con caribeños y brasileros en interpretaciones con una estructura de compás muy pautado, orgánico y sensual, dirigido a la construcción expansiva e hipnótica de los unos temas siempre incitantes y contagiosos.
Merece la pena atender al mecanismo de precisión con que funcionan las secciones rítmicas de estas composiciones y cómo, sobre ellas, se construye, a partir de una melodía no siempre muy definida, un entramado sónico que integra guitarras, piano, órganos Hammond, vientos, coros y la voz del cantante, cuando no es un tema instrumental.
Algunos temas os parecerán soul, otros más bien funk, ciertos serán más jazzy o finalmente otros se inclinarán por el tropicalismo, pero es muy difícil que alguno no consiga contaminaros el ‘groove’ que destilan por litros y acabéis bailando o al menos moviendo los pies o balanceando las caderas.