Historia del «garage» (en cuatro playlists)

Historia del «garage» (en cuatro playlists)

Estas listas y los textos que las acompañan no fueron publicadas en el orden cronológico en que aparecen aquí.

AÑOS 60 El garage es, dentro del rock, quizá el subgénero más parecido a una religión que haya existido nunca y, de hecho, todavía hoy, el culto al ‘fuzz’se sigue profesando con devoción, respeto y veneración casi 60 años después de que bandas como The Kingsmen, The Sonics o The Seeds lanzaran sus primeras grabaciones.
El garage es también una forma fantástica de hacer de la necesidad virtud: aquellas primeras formaciones de los 60 no eran otra cosa que grupos de (muy) jóvenes fans que trataban de emular, en los sótanos o las cocheras de sus casas, con escasos medios y discutible pericia, el sonido de artistas consagrados que amaban y reverenciaban, como The Rolling Stones, Buddy Holly, Bo Diddley o Screamin’ Jay Hawkins, así que, para compensar las carencias, empleaban algunos trucos, como no disimular la distorsión propia de amplificadores baratos o incidir en ella a través de pedales (fuzzboxes), cantar a grito pelado y aporrear la batería o los teclados de órganos VOX o Farfisa. Todas estas tretas, unidas a una ejecución, a ser posible, rabiosa, eufórica, desgarrada y ligeramente fingida, consiguieron el milagro de un sonido único, carismático y, como se ha demostrado, intemporal, donde parecen haber hallado cómoda residencia todas la esencias y las virtudes teologalales de rock and roll.
Con la playlist de hoy inicio una serie de tres o cuatro (ya se verá) entregas dedicadas al sonido garage y a sus manifestaciones a lo largo de seis décadas, empezando, como no podía ser de otra manera, por la primera generación, la de los años 60.
AÑOS 70 La ración garage de hoy, que corresponde a la década de los 70 y está ordenada cronológicamente, entra dentro de ese territorio que nos apresuraremos a etiquetar como ‘palabras mayores’; y esto es así porque en ningún otro periodo de tiempo han tenido los sonidos garageros tanto predicamento.
Fuera por la sobrexposición de las audiencias a los excesos del hard rock y el rock progresivo y a toda la maquinaria que acompañó esos dos fenómenos, fuera por las puñaladas que la crisis económica dio al cuerpo social y que acabaron por diluir la inocencia y la esperanza en las obras humanas tan propias de la década de los 60, a partir de 1975 fueron incrementándose las ofertas musicales basadas en el sonido crudo y las intenciones directas, llegó el punk (que musicalmente apenas dista del garage unos centímetros) y toda una galaxia de ofertas guitarreras y salvajes que sirvieron de catalizador a la generación del ‘no future’.
Hoy os traigo a New York Dolls, Radio Birdman, The Clash, The Damned, Buzzcocks, Joe Jackson o The Jam. Nunca el garage sonó tanto en tantos sitios y nunca se vendieron tantos discos.
AÑOS 80/90 Tengo la mañana un poquito apretada, así que la lista de hoy, viene muy madrugadora. Se trata de la última entrega de la antología del sonidos garageros que he venido haciendo estas cuatro últimas semanas y que hoy corresponde a las décadas de los 80 y los 90. Hay por supuesto grandes temas y bandas inmensas ((Dead Kennedys, Hüsker Dú, The Fall, The Gories, The Rezillos) y también observaréis que, por única vez en casi 50 años, hay un momento de crisis sonora y conceptual que puede localizarse en los años del cambio entre esas dos décadas: es el momento en que las etiquetas parecen resbalar y una canción garagera es también afterpunk, postrock o incluso indie. La resolución de esto vino dos dos vías, la primera -la de la vuelta a los orígenes y el inicio del revival que alcanza a este siglo- de la mano de gente como Eddie & The Hot Rods, la segunda -la búsqueda y hallazgo de la esencialidad sónica- con Flat Duo Jets, claro antecedente de The White Stripes o The Black Keys.

Siglo XXI La playlist de la semana pasada repasaba someramente el momento fundacional del culto garagero y el establecimiento de su canon sonoro, es decir, qué se tocaba y cómo se hacía. A partir de ahí el rock fue pasando por estilos, evoluciones, mutaciones y perversiones llamadas rock progresivo, glam, country-rock, punk, new-wave, new rock, rock alternativo, grunge, post-rock… que en algunos casos dejaban prácticamente irreconocibles las raíces del género (unas veces para bien y en otras no tanto), mientras este iba lenta y dolorosamente perdiendo fuelle, relevancia, practicantes y seguidores.

Aunque, al igual que ocurre a veces con las conquistas, las invasiones y las colonizaciones, puede que una pequeña aldea resistiera, primero la avalancha y después la decadencia ¿os imagináis cuál sería?
La semana que viene empezaremos a ver qué fue ocurriendo con el garage mientras todos esos subgéneros que nombraba antes se le fueron echando encima, hoy toca dar un salto de tres décadas y comprobar si con la llegada del siglo XXI la religión del fuzz había ya perdido el camino y la esperanza o por el contrario había sabido preservar la sustancia esencial y si conservaba o no su capacidad para sacudir y estremecer a las audiencias.

José Preciado