«El eternauta» (Netflix 2025)

No leí “El eternauta” en su momento -matadme-, pero he visto la primera temporada de la serie basada en ese cómic -perdón, “novela gráfica”- y he venido a decir algunas cosas.
Cosas a favor: lo obvio, Darín, que es un seguro y un fetiche, porque es un actor magnético y hay que ser muy muy burro para no aprovecharlo como protagonista. Aporta a la historia lo que mejor transmite, esto es, una cercana y transparente humanidad. Y lo más obvio todavía: la identidad argentina (y tan argentina que no es raro necesitar los subtítulos, si no un diccionario de porteño) suma muchos enteros, que se traducen en valor añadido y alejan la ficción de la estandarización: ni la querencia por halagar al algoritmo ni un asunto tan manoseado como lo apocalíptico restan ni un gramo de personalidad a la serie. La guinda la pone una media docena de actores y actrices excepcionales.
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Cosas en contra (pero sin hacer pupa): la descompensación entre los tres primeros (y muy morosos) capítulos y los tres últimos, torpemente vertiginosos, por no decir atropellados y erráticos, hasta el punto de que el sexto capítulo puede saturar el aguante de un espectador no devoto. Y en esta misma línea, la desmesurada amplificación de escenarios, de tramas y de puntos de vista entre las dos partes mencionadas, hasta el extremo de que, finalizada esta entrega, no tienes muy claro de por dónde diablos quieres que sigan en la segunda. Y lo mismo, me temo, esa ha sido la intención del “show-runner”.
Finalmente, si no tienes presupuesto para monstruos, acuérdate de “Perdidos” y tira de niebla: sale muy barata y tiene el glamour del misterio.
PD: no digo nada de la calidad técnica de la producción, porque, a estas alturas y en un producto de plataforma, es un mínimo, no ya exigible, sino imprescindible.