Lyn Collins, ‘La Predicadora’ de James Brown
Hace unas semanas, preparando ‘Oro Puro’, una playlist de Spotify que en principio iba a reunir 50 pepinazos soul entre 1965 y 1975 y luego se me ha ido un poquito de las manos, di con este -sí que sí- verdadero pepino:
Se trataba de ‘We Want to Parrty, Parrty, Parrty, Part 1 & 2’, interpretada por Lyn Collins (con una ene, cuidado), una de las principales ‘damas del funk’ que acompañaron a James Brown en sus actuaciones en los años 60 y 70. No he conseguido averiguar si ‘We Want to Parrty…’ fue publicada en su época como single (sí lo fue hace tres años); lo único que sé es que aparece en un doble disco de 1998 que recoge los mini-sets que estas ‘damas del funk’ interpretaban junto a la banda de ‘Mr. Dynamite’ mientras este reposaba los 20 minutos de rigor a mitad de bolo. Ahí, junto a Collins, aparecen, entre otras, Yvonne Fair, Tammy Montgomery (Tammy Terrell), Vicky Anderson o Marva Whitney.
‘We Want to Parrty, Parrty, Parrty, Part 1 & 2’ es, por supuesto, un tema original de James Brown que puede fecharse (por los años de estancia de Collins junto a él) a principios de los años 70 y le estoy dando la importancia que creo que merece por su construcción como pieza musical: es tan pura y elemental como distinta, fascinante e irresistible.
Una vez que la has escuchado varias veces no puedes recordarla sino por la presión endemoniada que sobre el ritmo ejerce la sección de viento en contrapunto, pero lo mágico es que esa sección de viento no está presente en las primeras frases: no suena hasta los 40 segundos y no se apropia del tema hasta pasado un minuto. Hasta entonces tenemos la voz de Lyn, la batería (bombo, caja, charles), bajo y guitarra dando las mismas notas y una omnipresente carraca. Pasado ese primer minuto y después de un redoble, la sección de viento y, doblándola, la guitarra (que ha dejado solo al bajo) empiezan a hacer lo mismo, que es la base-móvil funk, y a partir de ese momento la canción se abre, se expande y te da un meneo que si puedes estarte quieto es que estás muerto.
Gloria Lavern Collins nació en Abilene (o Lexington), Texas, en junio de 1948, en una familia muy relacionada con la música. A los 14 años ya grabó su primer single, ‘Unlucky in Love’ (del que no encontramos rastro) y antes de los 20 estaba casada con un promotor local bien relacionado con James Brown al que ofreció a Lyn como corista para The JB’s. El Padrino estaba en ese momento cambiando de acompañante femenina en el escenario (de Marva Whitney a Vicky Anderson) y decidió no contratar a Lyn y ponerla en stand-by, aunque sí le produjo un single, ‘Wheels of life’:
La suerte estuvo con Lyn, y Vicky Anderson dura poco en la banda de Brown, por lo que es llamada al escenario y se incorpora a la James Brown Revue en 1971 con tal aceptación de su estilo y su garra góspel que en unas semanas ya la llaman ‘The Female Preacher’. Tiene 23 años y probablemente cree que también el mundo a sus pies.
Brown producirá dos elepés y sus correspondientes singles para Lyn Collins (bajo un férreo contrato como empleada que no le permite recibir derechos, por ejemplo). El primero, ‘Think (about it)’ es de 1972 y contiene el mayor éxito de la texana:
Ese disco incluye cuatro temas firmados por James Brown y cinco versiones, entre las que destaca una explosiva ‘Fly Me To The Moon‘.
El segundo (con una horrible portada en la que aparece Lyn disfrazada de ‘señora de’) es de 1975 y se llama ‘Check Me Out If You Don’t Know Me By Now’ y en él Brown quiso dar una imagen más abierta y convencional de su fichaje por lo que abundan las canciones de corte más ‘adulto’, que resienten un conjunto en el que no obstante también destacan grandes temas.
Después de 1975 todo cambia para Lyn. Abandona la disciplina de Mr. Dynamite y se instala en Los Ángeles. El boom de la música disco probablemente la cogió a contrapié o sin un agente avispado y acabó compaginando un trabajo de oficina en Record Plant con apariciones como corista twenty feet from stardom para Rod Stewart o Dionne Warwick. Así llegan los ochenta, dos hijos y un mundo que cada vez se hace más pequeño.
Pero no todo estaba perdido, a finales de esa década, con un interés creciente por la música negra en general y el funk en particular, no es raro saber de ella haciendo giras de verano con otros artistas por Europa, Polydor reedita sus dos discos y Lyn, por unos meses, se convierte en lugar común en los samples de artistas como Rob Base & DJ E-Z Rock, Public Enemy o De La Soul. El momento cumbre de esta ‘segunda vuelta’ lo alcanza cuando Patra en 1993 hace una versión de su ‘Think’ y la invita a aparecer en el vídeo:
Lyn continuó viniendo a Europa y participó, por ejemplo, en el Festival de Montreux de 1998. En 2005 se embarcó en una gira en solitario también por Europa que debió de ser demasiado para su maltrecha salud (padecía artrosis e insuficiencia cardíaca), pues dos semanas después de su regreso a Estados Unidos y a los 56 años fallecía en Pasadena, California.
Dos años después de su muerte, el sello High & Fly publicó ‘Mama Feelgood‘, que recogía seis temas en directo de su última gira y que acaba resultando su disco póstumo. Pero a nosotros nos gustaría despedirnos de la grandísima Lyn Collins con un vídeo no demasiado visto de una actuación en directo para el mítico programa de televisión Soul Train interpretando ‘Never Gonna Give You Up’, de su primer disco, acompañada de una banda que dirige el mismísimo James Brown:
Esta entrada fue publicada originalmente en Atados a un poleo el 4 de agosto de 2019. Si quieres ver los archivos de esa web, pincha aquí.