Bill Withers: como en casa en ningún sitio

Bill Withers: como en casa en ningún sitio

El otro día hablábamos de Betty Davis como de la estrella que no pudo ser, hoy vamos a darle la vuelta al plato para hablar de la estrella que no se quiso quedarBill Withers.

El caso de Withers es completamente atípico en la historia de la música popular del siglo XX, pues no se trata de alguien que empezara en el negocio como adolescente, ni que triunfara después de intentarlo con innumerables compañeros de aventura, ni siquiera que disfrutara de la fama en plena juventud. Cuando le llega el éxito con Just I Am (1971) tiene 32 años, ha trabajado una larga temporada para Boeing instalando retretes en sus aviones y ha servido en la Armada desde los 17 años. Antes de eso había vivido en una familia numerosa de una comunidad minera de Virginia Occidental y, asmático y huérfano de padre, había sido criado por su abuela. Esta historia ciertamente melodramática (aunque real) nos sirve para imaginarnos a Bill en 1971 hecho un verdadero hombre cuando le llegan los contratos, los números uno, las actuaciones multitudinarias, la televisión y los Grammy’s.

Su trayectoria puede dividirse en dos etapas. En la primera, subido a la ola, graba entre 1971 y 1977, cuatro discos impresionantes: el ya citado Just I Am (el pelotazo también hay que atribuírselo al productor: Mr. Booker T.), Still Bill (1972, su disco perfecto), ’Justments (1974, su disco más trascendente) y Menagerie (1977, ya con Columbia y en pleitos con Sussex, su anterior compañía). En la segunda etapa, ya dejándose llevar, graba, en plenas fiebres disco y soul-filogay ochentera, Bout Love (1979) y Watchin You Watching Me (1985). Para entonces se ha casado por segunda vez, tiene dos muchachos y 46 o 47 tacos, la vida hogareña lo ata con lazos de seda, la farándula le resulta ya demasiado ajena y se planta: hasta aquí hemos llegado y como en casa en ningún sitio.

Desde entonces apenas sí se le ha visto. Ha colaborado en algunos discos y actuaciones, sobre todo con Grover Washington Jr., y poco más. Muy recientemente se rodó Still Bill, un documental muy premiado donde Withers cuenta su vida y justifica su marcha.

(en La escuela moderna cuentan todo esto mucho mejor)

La entrada original fue publicada en “Atados a un poleo” el 21 Mar 2009

José Preciado