BEING DEAD: «EELS» (2024)
Being Dead es un dúo de Austin, Texas, fundado en 2017 y formado por Juli Keller y Cody Dosier (se alternan en la batería y la guitarra, cantan los dos) a quienes en la factura del disco que nos ocupa se ha unido su bajista de gira, Nicole Roman-Johnston. Antes de “EELS”, el año pasado, publicaron su primer largo “When Horses Would Run”, disco que no satisfizo enteramente a la banda porque no habían conseguido que en él se capturase el ruido y el jolgorio que derraman en sus directos.
Dispuestos a enmendar su error, marcharon a Los Ángeles para ponerse en manos de John Congleton, productor, compositor, multiinstrumentista, líder sucesivo de dos bandas (The Paper Chase y The Nighty Nite) y ganador de un Grammy, porque se suponía que quien ha trabajado con War On Drugs o Swans, pero tambien con Erykah Badu o St. Vincent, iba a dar con la tecla de lo que buscaban los de Austin.
Y todo parece indicar que así ha sido. Al menos en el ámbito del rock, “EELS” ya ha conseguido el título de “aclamado por la crítica” y va a ser sin duda uno de los discos del año cuando, allá por Navidad, acabe el campeonato de este 2024.
¿Y es para tanto? Pues yo diría que sí, aunque solo sea por ciertas razones -llamémoslas- superficiales, como que meten en 16 temas en menos de 40 minutos, ninguno de esos temas es malo, ni siquiera superfluo, cada una de esas canciones pretende ser distinta de las demás y, en general, forman un conjunto muy entretenido, divertido y que invita a repetir.
No diré yo -como he leído- que el efecto que causa “EELS” sea comparable al de “Is This It” (2001) de los Strokes, pero tampoco voy a negar que en algunos aspectos le de un tiento al primer largo de los neoyorquinos.
¿Y cuál es la fórmula de “EELS”? Pues así también superficialmete se puede decir que es un producto indie-punk con mucho asiento en el pop armónico de los años 60 al que continuamente están bombardeando -cuando no saboteando- con riffs furiosos, ramalazos psicodélicos, cambios de ritmo, evocaciones grunge y hasta un theremín.
El disco es una fiesta de todas las influencias de sus autores y también de todas sus ocurrencias y lo mejor que tienen muchas canciones es que suenan tan frescas y a veces tan aparentemente disparatadas que se tiene la sensación de estar ante una improvisación en el estudio.
La magia de Being Dead en “EELS” es precisamente que transparenta la libertad de la que han disfrutando haciéndolo.