One Hit Wonders (2 listas)

One Hit Wonders (2 listas)

Todo playlistero de postín tiene que tener su lista de ‘One Hit Wonders’ y yo, con vuestro permiso, voy a tener dos. La típica, la de ‘Ay ¿quiénes eran estos?’, os la pongo abajo; la menos típica (o la de la polémica contra los números) es la arriba, para abrir el trimestre de primavera-verano por todo lo alto.

Todos los artistas de esta lista, con canciones entre 1963 y 2003, son conocidos o muy conocidos, sin embargo y realmente, solo una vez en sus carreras -algunas de décadas, como Buzzcocks o Jet-, tuvieron un éxito masivo, global, planetario. El resto de sus trayectorias (algunas muy dignas: Living Colour, The Farm) o no lograron renovar el pepinazo o se pueden entender como un intento alargado -y quizá lamentable- de repetirlo, siendo esta última razón la causa del rápido declive de muchos de estos artistas.

Tengo que decir además que, por razones de espacio (o de tiempo: son 9 minutos), no he incluido el caso más paradigmático, que es el de Don McLean y su ‘American Pie’, una canción de la que se habrán hecho hasta tesis doctorales y que sin duda fue la gloria y el infierno de su autor.

Ya digo que la lista es posible causa de polémica y que algunos hasta os escandalicéis al ver ‘ese grupo’ ahí metido, pero lo cierto es que, con los números en la mano (el cómputo de reproducciones de Spotify no es mala fuente, pero hay otras), poca cosa se puede discutir.
No obstante, que la disfrutéis y la discutáis.

Y esta es la segunda lista de las llamadas ‘one hit wonders’, en este caso más genuinas y más cercanas al concepto original. Podéis simplemente escuchar la lista y divertiros o, también, mientras lo hacéis y sin mirar, podéis tratar de adivinar los artistas, a ver cuántos conocéis/recordáis (spoiler: serán pocos) o -interesante investigación- diferenciar entre los hits genuinos y los que lo fueron gracias a una película o un anuncio.
También podría ser entretenido ‘cazar’ tres o cuatro temas de la lista que se adaptan como un calcetín a alguna tendencia concreta (hay ahí, por ejemplo, réplicas perfectas del sonido Madchester o del brit-pop) o, finalmente, una misión imposible: dar con la fórmula del éxito, esos dos o tres ingredientes mágicos que hacen que un tema ‘se ilumine’ y acabe siendo escuchado por media humanidad.
Bueno, sea como sea, que la disfrutéis.

José Preciado